EL PRINCIPIO DEL DOMINIO PROPIO


La humildad:
“El hombre que se niega a reconocer sus errores jamás podrá triunfar, pero si los confiesa y los corrige, tendrá una nueva oportunidad”.  Proverbios 28:13.

No es fácil admitir que estamos equivocados, decir “cometí un error” o “estoy equivocado”.  Una manera sana de manejar nuestras malas acciones es admitirlas, confesarlas y abandonarlas como dice el proverbio inicial.  No abandonaremos las malas acciones hasta que seamos humildes y las confesemos.  Esto significa ser responsables por  nuestro comportamiento.

Nuestro sistema judicial nos dice: “No admita nada, deje que lo prueben”, lo que hace entender que podemos salirnos con la nuestra, con todo lo que no se  pueda probar.  Muchos abogados no quieren saber la verdad de sus clientes, pues quieren ganar el caso.  Ellos dicen que es su trabajo. ¿Qué pasó con la verdad, la honestidad y la responsabilidad? Atrévete a ser humilde, te harás un gran favor personal.

Pensamiento: “Usted no siempre irá por la vida haciendo todo bien, pero su humildad hará creer a la gente que sí lo hace”.


La moderación
“El dominio de sí mismo consiste en dominar la lengua.  La contestación apresurada puede arruinarlo todo”.
                         Proverbios 13:3

La lengua es un miembro pequeño de nuestro cuerpo muy difícil de controlar y puede crearnos muchos problemas.  Podemos usarla para insultar, criticar, difamar y destruir, ó la podemos usar para bendecir, reconfortar y edificar a otros.  Es importante entender que cualquier cosa que digamos, regresará hacia nosotros.  Lo que hablamos, se nos devuelve, porque las palabras son poderosas y pueden causar la ruina ó traer soluciones.  Somos juzgados por lo que sale de nuestra boca. “De la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).  La lengua tiene más que ver con la ley de siembra y cosecha que cualquier otro miembro de nuestro cuerpo.  Proverbios 21:23 dice: “Ten la boca cerrada y te librarás de muchos problemas”
Siempre es bueno ser amigable y sociable, pero debemos disciplinar nuestra lengua cuando se trata de alardear, exagerar o hablar de otros.  No todo lo que viene a nuestra mente tiene que ser dicho. Existen tres clases de personas que son cuidadosas con su lengua:

  1. El hombre sabio: entiende lo esencial de mantener un secreto.
  2. El hombre íntegro: nunca compromete sus principios con sus palabras.
  3. El hombre inteligente: es suficientemente humilde para saber que “no sabe” y no se expone abriendo la boca.  Ejemplifica el proverbio: “Es mejor no decir nada y ser considerado un tonto, que abrir la boca para comprobarlo”.
Si queremos tener una vida buena, debemos parar o controlar el flujo emocional de las palabras. El dominio propio debe controlar nuestra lengua.  Debemos usarla para decir palabras que edifican.  Es como sembrar buenas semillas que darán un fruto y un destino positivo, no únicamente para nosotros mismos sino para otros también.  Sea cuidadoso con su lengua, pues su fruto puede depender de ella.

Pensamiento: “El resentimiento es como tomar veneno y esperar a que la otra persona muera”.

El temperamento.
“Mejor es ser apacible que famoso, mejor es dominarse a sí mismo, que mandar un ejército2.                                         Proverbios 16:3

Ningún temperamento es malo.  El temperamento es la fuerza que nos maneja.  Es la diferencia entre los fuertes y los débiles. Debemos darle gracias a Dios por nuestro temperamento.  La mayoría de los empresarios tienen un buen temple, lo que les da la energía para alcanzar sus objetivos y sus propósitos en la vida.

El temperamento es como la gasolina. Ambos pueden ser explosivos y peligrosos. Si no somos cuidadosos y no controlamos la gasolina, puede quemarnos la casa; si somos cuidadosos y la controlamos, nos puede ser muy útil y valiosa, lo que indica que debemos establecer las reglas de seguridad para poder hacer buen uso de ellas y aprovechar su valor.

De manera similar no debe pensar en tratar de cambiar su temperamento, sino más bien controlarlo, desacelerarlo, no dejarlo deslizar.  Establezca reglas de seguridad y tome el valor de la energía que genera.  Cuando nuestro temperamento de activa somos más fuertes, podemos trabajar más duro y hacer más cosas.  Energiza nuestro cuerpo entero, pero ¡cuidado! Porque con esa misma energía nos podemos volver destructivos, podemos golpear a alguien, romper cosas o decir palabras que destruyen relaciones y nos hacen perder credibilidad en nuestra comunidad. 
Entonces, cuando sintamos que el temperamento se está subiendo, debemos pensar en lo que estamos a punto de hacer y en el efecto que tendrá en nosotros y en los que nos rodean.  Esto es manejar nuestro temperamento y usar su energía de manera positiva.  Los hombres sabios usualmente tienen temperamentos muy fuertes, pero han aprendido a pensar antes de reaccionar.  Es por eso que se vuelven famosos y son conocidos como sabios.  Controlar nuestro temperamento construye carácter y credibilidad.  Entonces, ¿Cómo pedemos manejar nuestro temperamento explosivo?

Considere lo siguiente:

  1. Siempre tome en cuenta el daño potencial.
  2. Considere el costo de sus reacciones, especialmente cuando sea este muy alto.
  3. Mire el valor de su temperamento y haga buen uso de su energía.
  4. Desahogue el exceso de energía a través de deportes competitivos o de programas de ejercicios.  Calmar calorías calma la ira.

Todo lo que es valioso necesita ser manejado y controlado; de otra manera, perderá su valor.

Pensamiento: “El temperamento es un don, únicamente si no tenemos que estar diciendo lo siento”.



El pensamiento adecuado
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.

Nuestra mente es un sorprendente regalo de Dios y nadie la entiende completamente.  Dos cosas que puede hacer la mente: razona e imagina.  Razonar es como calcular, lo que nos lleva a los conceptos, opiniones o consideraciones, mientras la imaginación nos lleva ideas o posibilidades.  Aunque las dos trabajan dentro de nuestra mente (procesador), la mayoría de nosotros opera más predominantemente en una de las dos.  Mientras podemos ser buenos razonadores llenos de lógica y sentido común, podemos al mismo tiempo ser débiles en creatividad y en ver nuevas posibilidades, esto puede suceder por una mala experiencia o por un fracaso sufrido.

Otros son más soñadores, nunca están satisfechos de cómo son las cosas.  Esto es bueno  si son parte de un equipo, pero puede ser peligroso si funciona como un individuo.  Como están concentrados en lo que puede ser, se olvidan de practicar el sentido común y el razonamiento sensato en el presente.  Entonces, parafraseando el proverbio: “Un hombre es como piensa”, significa que nuestro futuro puede estar determinado dependiendo de nuestro pensamiento.  Lo que pensamos hoy,  es en lo que nos convertimos mañana.

Los pensamientos siempre preceden a las acciones.  Una persona es realmente lo que piensa no siempre lo que hace.  Los jueces nos juzgan por lo que hacemos, pero Dios sabe lo que eventualmente haremos por lo que pensamos.  Entonces Él nos advierte por adelantado el ser cuidadosos con nuestros pensamientos (Mateo 5:27-28).  La ley dice: “No debes cometer adulterio”, pero Jesús dijo que si miramos a una mujer y la deseamos, ya hemos cometido adulterio en nuestro corazón.  Dios nos quiere proteger de cometer los actos al advertirnos mientras están todavía en pensamiento.  La ley también dice: “No matarás” pero Jesús dijo: que no debemos odiar.  De nuevo Él  sabía que el odio puede inducirnos a matar.

El punto es que, debemos estar atentos a nuestros pensamientos, pues crecerán y convertirán en acciones.  Sabiendo esto, ¿Debemos sorprendernos de la violencia de nuestros niños o de la corrupción en nuestro país? No hay que adivinarlo.  Lo hemos creado a través de nuestros medios de comunicación.  El resultado de un niño o de una sociedad, es el producto de un ambiente que hemos creado con nuestras filosofías.  Si queremos un buen fruto, debemos controlar nuestro patrón de pensamiento. 

¿Cómo podemos controlar nuestro pensamiento?  Primero, debemos querer hacerlo, y si así es, podemos renovar nuestras mentes controlando lo que entra a la misma (Romanos 12:2). Debemos seleccionar buenas lecturas, mirar buenos programas de televisión y Segundo, escoger cuidadosamente a nuestros socios y amigos.

Nuestros pensamientos se conformarán de los principios y valores que elijamos seguir.  No estamos predestinados a vivir según cierto estilo de vida.  Es cuestión de elección.  Dios nos ha dado el libre albedrío.  Nuestro destino está bajo nuestro control.
Pensamiento: “La mente, una vez expandida por una idea, nunca volverá a su dimensión original”.